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Motivación, motivación, motivación... la cabeza centrada... los pies en el suelo... Claves para que la mente reine sobre el cuerpo.
1 Recuerda tu motivo. Te mueves por la motivación. La motivación es tu aliada y la fuerza que te impulsa. Visualiza y fantasea con el motivo por el que estás corriendo. ¿Es la satisfacción, el premio, superarte?
2 La linterna siempre puesta en lo que suma. Tu mente funciona como una linterna en la oscuridad. Debes elegir dónde alumbrar. No es compatible pensar en fracaso y éxito a la vez. O piensas en lo que ya has conseguido, en disfrutar del momento, o te centras en sufrir porque todavía queda mucho. La elección la haces tú
3 Enumera puntos de tu carrera que te den seguridad y te ayuden a mantener la concentración. Visualiza ese punto durante varios kilómetros y luego cambia a otro. Por ejemplo: el punto número uno es tu braceo, siente cómo te impulsa, te ayuda en la carrera, tus brazos son fuertes. Punto número
2: la zancada, flotas, siente la agilidad de tus piernas, concéntrate en los músculos. Y así hasta elaborar una lista de cinco puntos. Puedes pensar en la respiración, el mentón...
4 Elige frases motivadoras y repítetelas durante la carrera. Estoy preparado, he entrenado bien, me gusta lo que hago, no tengo límites...
5 No es lo que te queda, es lo que has conseguido ya. Trata de descontar a medida que corres.
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