Sensación Runner, nace con la idea de crear un espacio idóneo, donde personas con la necesidad común de vencer sus propias limitaciones y dar siempre un paso adelante en su vida, se une y comparten sus experiencias a través de una actividad específica como es la de correr utilizando siempre está actividad como una herramienta que abre las puertas a una dimensión de retos constantes.
En sensación Runner no es prioridad los “tiempos” ni las “marcas”, aunque se respetan las necesidades de cada individuo y su proceso de desarrollo, lo que se persigue es esa sensación de haber finalizado una carrera o proyecto deportivo con el sabor de haber logrado y vencido, pese a las propias limitaciones y las limitaciones externas que se presentan, entendiendo que toda carrera es un proyecto a corto, mediano y largo plazo que necesita de una excelente preparación física y mental, para conseguir, lo que todos perseguimos: ser FINISHER, y es en este espacio que ofrecemos dicho apoyo, para que el desarrollo de la actividad sea la más satisfactoria y enriquecedora posible.

viernes, 30 de octubre de 2015

El Trail Running tiene más poder anti-estrés que el asfalto.





Si bien toda actividad que conlleve correr puede ser buena para nuestra salud mental, un estudio de la Universidad de Stanford deja claro que esos beneficios se multiplican si el entorno en el que corremos es en plena naturaleza.

Los beneficios de la práctica deportiva no son solo son físicos; además,corriendo conseguimos liberarnos del estrés y la ansiedad de una vida cotidiana cada vez más llena de compromisos de todo tipo. Básicamente, correr nos ayuda a liberar nuestra mente.

Pero no todos los entornos en los que se puede correr tienen el mismo impacto en este sentido; un estudio realizado por la prestigiosa Universidad de Stanford, en California, ha puesto de manifiesto el gran poder que tiene correr en plena naturaleza para aumentar más todavía esa consecuencia derivada de la actividad física.

Este estudio, publicado en la prestigiosa Proceedings of the National Academy of Sciences, estudió los efectos de correr en la naturaleza en contraposición a hacerlo en entornos urbanos. La conclusión fue clara y demostró que el deporte en lugares como bosques o montañas supone una mayor liberación para el cerebro.

Un grupo de personas completó una marcha en un entorno natural, mientras el otro grupo lo hizo en un entorno urbano. Ambos grupos completaron 90 minutos a la misma intensidad, pero sólo el grupo que lo había hecho en la naturaleza había bajado sus niveles de lo que se conoce como “Ruminación”, que es la capacidad para focalizar la atención en nuestros síntomas que provocan estrés y ansiedad mental.

Pero esto no se queda aquí, sino que tras estudiar a ambos grupos con resonancias magnéticas, se pudo comprobar que el grupo que estuvo en contacto con la naturaleza mostraba menos actividad en la zona del cerebro que se asocia con la aparición de enfermedades mentales. Literalmente, la actividad física en la naturaleza había cambiado la configuración de sus cerebros, mientras que los que habían estado en un entorno urbano no sufrieron ninguno de esos efectos.

“Parece que existe algo relacionado con la actividad física en entornos naturales que hace que disminuya nuestra preocupación, nuestra ansiedad y otros pensamientos negativos. Gracias a las tecnología, hemos podido comprobar que esos cambios suceden realmente en el cerebro, algo que creemos que es fascinante” apuntaba a Competitor Greg Bratman, director del estudio.

Por ello, los beneficios de correr en la naturaleza son todavía más significativos que hacerlo en entornos urbanos. “Dejar atrás el tumulto de una ciudad por un entorno natural parece que es beneficioso para nuestra salud mental. Correr en la naturaleza parece dar beneficios que hacerlo en una ciudad no puede dar”, reconocía Bratman.

La siguiente fase del estudio de Bratman se centrará en los mecanismo por lo que la naturaleza es capaz de realizar esos cambios en el cerebro, si bien una de sus teorías tiene que ver con que en la naturaleza nos sentimos menos amenazados y eso supone que la respuesta al estrés sea mucho más baja que con multitudes, tráfico o un ruido constante.

Mucha relación tiene el hecho de que, con la constante emigración desde los pueblos a las ciudades, los niveles de incidencia de la depresión han aumentado durante las dos últimas décadas. Así, Bratman apunta que “corriendo en asfalto cambiamos un entorno urbano por otro, mientras que al ir a la naturaleza el cambio es total y eso se nota en nuestra emocionalidad.


AMC.

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