Nunca te acostarás sin saber una cosa más. Como anillo al dedo nos viene este refrán para introducir un término que se suele practicar mucho, pero que no resulta tan conocido. ¿Habías oído hablar del tapering? ¿Sabes lo qué es? ¿Qué relación tiene con el running?.
Simplificando y para entenderlo mejor, el tapering viene a significar la idea de entrenar menos para rendir más o competir mejor. Pero una definición más académica y técnica hace referencia a la progresiva y no lineal reducción de nuestras rutinas de trabajo durante un plazo variable pero planificado de antemano. El fundamento que se busca con el tapering es optimizar el rendimiento, ya que conseguimos disminuir el cansancio físico y mental de los entrenamientos diarios.
En otras palabras, cuando el descenso de los entrenamientos se hace de forma gradual y dirigida, justo antes de tomar parte en una prueba, es cuando tiene lugar el denominado tapering. Es por ello que en dicha planificación hay que pararse a pensar que debemos hacer los días previos a la carrera. Aunque ello no suponga correr más rápido, pero una mala planificación puede echar por tierra todo nuestro esfuerzo preparatorio anterior.
Programación adecuada
Por lo tanto, poniendo en práctica el tapering estaremos favoreciendo que nuestro organismo asimile toda la carga de trabajo previa, en beneficio del descanso. Y no sólo eso porque llegaremos a la competición en estado de sobrecompesación, lo que nos permite rendir a mayor nivel.Para que el tapering sea realmente efectivo debemos tener en cuenta dos factores como son nuestra propia condición física y la prueba que se va a disputar. Con estas premisas claras, al corredor sin apenas entrenamiento previo le bastará unos seis días de tapering, mientras que los más entrenados pueden prolongarlo durante tres semanas.
En suma, en el tapering entran en juego y tienen gran relevancia la repetición, el volumen y la intensidad de nuestras rutinas de trabajo. Respecto a la frecuencia, ésta es recomendable que oscile entre el 20 o 30 por ciento menos de lo normal. Mientas que la reducción de la duración debe ser notable durante el período del tapering, ligeramente por encima de la mitad de la sesión de entrenamiento. Y por último, la intensidad debe quedarse más bien a un nivel medio, pero sin superar nunca el 75 por ciento de máximo rendimiento.
De esta forma, el tapering es un buen método no sólo para planificar tus entrenamientos, sino que te permitirá un mejor rendimiento en competición, yo siempre sugiero buscar asesoría de un profesional, en este caso un entrenador
AMC
No hay comentarios:
Publicar un comentario